viernes, 18 de diciembre de 2009

MUSEO GEOLOGICO AL AIRE LIBRE

ALMOHADAS PARA ESTUDIAR.
Pocos lugares en el mundo tienen el privilegio que disfruta la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria de disponer en sus calles y a lo largo del límite urbano de un museo geológico al aire libre donde poder estudiar y comprender procesos, productos y formas del volcanismo y de los mecanismos de erosión, transporte y sedimentación propios de la morfodinámica, la parte de la Geología que estudia lo que ocurre en la superficie de la Tierra.
Es el caso de la carretera de Chile en su ascenso hacia el barrio de El Cardón y el desvío hacia el antiguo cuartel de la Marina en el barranco de Tamaraceite. Allí se pueden observar, entre las capas pardas de tierra, unas formas redondeadas de color oscuro que son lo que los geólogos llaman lavas almohadilladas, denominadas en inglés pillows laves, con su típica forma globular. Estas son capas de lavas enfriadas al alcanzar la colada la costa y entrar en el mar. Allí adquieren forma de bolsa o redondeada al enfriarse bruscamente en contacto con el agua. El apilamiento de estas “almohadas” da lugar a los peculiares depósitos que se ven en el cantil de la carretera hacia el antiguo cuartel de Infantería de Marina y se aprecian a lo largo de todo el recorrido, a unos 130 metros sobre el nivel del mar, sobre una capa de color blanco correspondiente a arenas de playa cementadas. Estas lavas se pueden ver también por bastantes barrancos de la zona. A lo largo de la carretera de Chile y del Cardón se divisan magníficos ejemplos.
Junto a las lavas aparecen unas capas sedimentarias relacionadas con un intenso episodio erosivo ocurrido en la isla entre 10 y 5 millones de años. Se denomina Terraza de Las Palmas, Formación Detrítica de Las Palmas, FDP, y su estudio implica echar una mirada a los movimientos epirogénicos, ascensos y descensos de la isla debido al peso de los materiales acumulados por los procesos volcánicos y la erosión, respectivamente, y eustáticos, ascensos y descensos del nivel del mar debidos a glaciaciones, deshielos, etc, en la isla. Ya sabemos que un efecto de los movimientos verticales de la corteza es la sucesión de elevaciones y descensos del nivel del mar (trasgresiones y regresiones). La combinación de procesos de hundimiento o elevación de las masas continentales, sin que cambie la cantidad de agua en los océanos, o cambios en los niveles del mar por variación del volumen de agua, durante las glaciaciones e interglaciaciones explica la situación de algunos estratos.
Las dataciones en la FDP dan el inicio de formación hace 13 millones de años y la terminación hace 3 m.a.
Esta zona muestra la cobertura de la FDP en su techo (límite superior). Las lavas almohadilladas descansan sobre un tramo marino, una playa levantada, hoy fosilizada, que a su vez está situado por encima del piedemonte superior, como comenta el geólogo Jesús Martínez
Hay que destacar la importancia de la vegetación en las laderas y los paredones del barranco de Tamaraceite, con una vegetación muy rica en endemismos donde aparecen veroles, salvia o diversas tabaibas. A pesar de las obras de un polígono industrial en la parte superior y de alcantarillado por la ladera hacia El Cardón, todavía queda una rica muestra de vegetación de zonas bajas, compuesto por este matorral de euforbias, con la presencia de tabaibas dulces, amargas y moriscas y otras especies acompañantes, donde abundan los endemismos canarios.
También es muy curioso el meandro que forma el barranco, ya cerca de su desembocadura, por encima del que pasa el puente de salida hacia el Norte de la isla, que nos indica la importancia del barranco llevando agua en tiempos más húmedos. Esta gran curva formada por la corriente de agua al incidir sobre las paredes del cauce es una de las más interesantes de Canarias, al estar situada muy cerca de la desembocadura del barranco.
La zona completa su interés etnográfico con los cultivos de plataneras al aire libre del fondo del barranco y de tomates en la parte superior. En estos lugares llanos, denominados tableros, se cultivan los tomates de la misma forma desde hace muchos años, lo que nos permite ver las acumulaciones de palos en forma de “tiendas de indios”, las cucañas, ya casi desaparecidas del resto de la isla.
Rubén Naranjo & Vicente Escobio.
Publicado en la serie NATURALEZA URBANA
del periódico Canarias7.